Durante la primera mitad del siglo XX, el valle ubicado entre Villa Altagracia
y Bonao, fue sometido a un proceso de devastación forestal, período en el cual
la mayoría de los bosques fueron talados.
Gran parte de los terrenos en los que se
desarrollaban bosques fueron convertidos en uso agrícola, especialmente
ganadería y/o agricultura intensiva. Sin embargo, los mayores depredadores
fueron los centrales azucareros Catarey y Rio Haina, localizados en la
provincia de San Cristóbal.
Vista de Loma Novillero |
Los ingenios utilizaban las franjas de
terrenos de las llanuras para el cultivo de la caña de azúcar y las laderas y
zonas montañosas eran igualmente taladas para fines ganaderos.
La ganadería practicada era la cría de
ganado de tiro, ya que para esos años constituía la principal fuerza motriz
para el transporte de la caña desde los campos de cultivo hasta las “grúas”
desde donde era recogida por las locomotoras para llevarlas al ingenio.
Este no era el único motivo por el cual se
talaban los arboles en las montañas y laderas, puesto que el bosque era también
fuente de materia prima para las traviesas del ferrocarril y como fuente de
energía para la cocción.
Vista de Loma Novillero |
Esa devastación de los bosques, era un
proceso generalizado en todo el país, y tal como lo demuestra un inventario
realizado por la FAO en 1967, para esa fecha la Republica Dominicana solo tenia
un 27% de cobertura forestal. Como resultado de ese inventario se recomendó que
la Dirección General de Foresta, adscrita al Ministerio de Agricultura, pasara
a depender del Ministerio de las Fuerzas Armadas.
Asimismo, con la asistencia de la FAO, se
estableció un rodal de 100 hectareas (1,590.330 788 8 tarea) de Pinus Caribea
en Catarey, Villa Altagracia. El pino prosperó adecuadamente en la zona
mientras los alrededores seguían siendo utilizados para el cultivo de la caña
de azúcar y la ganadería.
La crisis mundial de la producción
azucarera, finalizando la década de los 70, provocó una baja sensible en ese
renglón en el país y el Concejo Estatal del Azúcar (CEA) tomó la decisión de
reducir las plantaciones de caña de azúcar.
Miles de las antiguas plantaciones cañeras
fueron traspasadas al Instituto Agrario Dominicano (IAD), a través de los
asentamientos campesinos implementados por el gobierno de la época. Las laderas
para ganadería del CEA, empezaron a ser ocupadas por agricultores itinerantes,
cuya cultura de tala y roce (tumba y quema) aceleraron los procesos de
degradación ambiental, eliminando la regeneración natural.
Loma Novillero fue uno de esos lugares en
los que se practicaban esas actividades degradantes del medio ambiente.
Fragmento del articulo publicado por Cárlos
Rijo (Revista Agropecuaria Internacional).
Fuente: Villa Noticia / Ramón Read Fernández.